DESERT

Los desiertos de servicios humanos son zonas geográficas en las que la población tiene un acceso limitado a los servicios esenciales, como la sanidad, la asistencia social y la educación. Estos desiertos se producen cuando las instituciones y empresas que prestan servicios esenciales no están disponibles o son inaccesibles debido a la geografía, la falta de recursos o la discriminación.

A menudo se asocian a los desiertos de servicios humanos los desiertos alimentarios, que son zonas donde la población tiene un acceso limitado a alimentos sanos y asequibles, así como los desiertos de ejercicio físico, donde las personas se enfrentan a problemas en sus entornos construidos que dificultan la actividad física. Los desiertos alimentarios y de ejercicio físico pueden encontrarse tanto en ciudades densamente pobladas como en zonas de baja densidad de población. Vivir en estos desiertos aumenta el riesgo de enfermedades crónicas y cardiovasculares. Las zonas rurales, en particular, suelen carecer de fondos y servicios suficientes de forma crónica. Después de que la pandemia de COVID-19 sacara a la luz algunas de las dificultades a las que se enfrentan a diario las personas que viven en estas zonas, los desiertos de servicios humanos han atraído más la atención de la comunidad investigadora. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para describir la magnitud del problema en Europa. El proyecto DESERT pretende identificar, cartografiar y perfilar los desiertos alimentarios y de ejercicio físico en tres países europeos; definir, operacionalizar y poner a prueba el concepto de desierto de ejercicio físico; promover la salud y la equidad social en las comunidades rurales de los países del sur de Europa; y explorar estrategias de acción multisectorial e intersectorial para la salud y el bienestar en colaboración con los agentes y partes interesadas locales, con el fin de abordar las desigualdades que sufren las personas que viven en zonas rurales poco pobladas, carentes de servicios y, a menudo, desfavorecidas. En última instancia, esperamos que los resultados de esta colaboración ayuden a situar las necesidades de quienes viven en desiertos alimentarios y de ejercicio físico en el primer plano de la agenda política, atrayendo financiación, servicios e infraestructuras a estas zonas y, por ende, reduciendo las desigualdades en materia de salud.